Lunes 10 de marzo de 2014

Llegamos a Guate a eso de las once de la mañana del lunes, absolutamente rendidos aunque tratamos de dormir en el bus Platinum – King Quality que nos llevó desde San Salvador. Quedamos con Camila en que pasaría a buscarnos a las cuatro y media de la tarde para ir a una reunión que ya teníamos agendada. La idea era hacer el check in en el hotel Best Western Stofella y descansar un rato. Por lo general, en Ciudad de Guatemala nos alojamos en el Hotel Barceló o en el Mercure Casa Veranda, pero esta vez decidimos probar algo nuevo.

Error de cálculo: el check in en el hotel se hacía recién a las tres de la tarde, así que anduvimos por ahí hasta que se hizo la hora. Fuimos a almorzar a Montano Steak House y, por supuesto, jamás descansamos un minuto. Así, en condiciones deplorables, partimos rumbo a la reunión.


Después del maratónico día no hubo energía ni ánimos de salir de paseo por la noche, de modo que hicimos una cena liviana en La San Martín: una pizza individual para Daniel y un sándwich de atún en pan integral para mí. 

El cansancio me jugó una mala pasada: amo estar en Guatemala y no salir por falta de fuerzas no fue lo mejor que me pudo pasar.

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